Es considerada una de las gemas más importantes y se diferencia de las demás a causa de su origen: se forma en un ser vivo.
Las perlas se forman debido a un estímulo externo, ya sea por un parásito u otro organismo que entra a la ostra, ésta inicia una acción defensiva, lentamente comienza a recubrir o “encapsular” al organismo extraño segregando una mezcla de cristales de carbonato de calcio llamado Aragonita y una proteína llamada conquiolina, que combinadas conforman el "nácar", protegiéndose a sí misma de dicho organismo, al cabo de un período variable éste termina cubierto por microscópicas (finas y lustrosas) capas de nácar y luego de algunos años (4 o hasta 10) se puede obtener una preciada y brillante perla natural de buen tamaño (4-8 mm).