Perlas. La gema del mes de Junio
Es considerada una de las gemas más importantes y se diferencia de las demás a causa de su origen: se forma en un ser vivo.
Las perlas se forman debido a un estímulo externo, ya sea por un parásito u otro organismo que entra a la ostra, ésta inicia una acción defensiva, lentamente comienza a recubrir o “encapsular” al organismo extraño segregando una mezcla de cristales de carbonato de calcio llamado Aragonita y una proteína llamada conquiolina, que combinadas conforman el "nácar", protegiéndose a sí misma de dicho organismo, al cabo de un período variable éste termina cubierto por microscópicas (finas y lustrosas) capas de nácar y luego de algunos años (4 o hasta 10) se puede obtener una preciada y brillante perla natural de buen tamaño (4-8 mm).
Las perlas cultivadas se forman de manera casi idéntica con la única diferencia que en la natural el acto es dejado al azar, es decir que el organismo entra de forma natural a la ostra, mientras que en la cultivada el organismo extraño es inducido con la ayuda del hombre, luego es devuelta al mar o río y al cabo de un periodo de años la naturaleza y la ostra obran el milagro.
Prácticamente todas las perlas que existen hoy en el mercado son cultivadas. Únicamente en subastas de antigüedades es posible encontrar perlas “naturales”. Las perlas cultivadas son perlas finas. La única diferencia es que han recibido la ayuda del hombre para su desarrollo.
La gama de colores de las perlas cultivadas o formadas en agua dulce es mucho más amplia y variada que las de agua salada.
Las manchas pequeñas son naturales y normales. Entre uno de los cuidados principales es evitar el contacto con sustancias químicas como perfumes y cosméticos, ya que las perlas son muy porosas y absorberán prácticamente cualquier sustancia con la que entren en contacto. Así podrían perder su brillo, lustrosidad, ganar manchas o amarillearse con el tiempo.
“Pearls are always appropriate”